Curitiba es una hermosa ciudad de Brasil que me albergó durante mi infancia. Es la capital del estado de Paraná, en el sur de Brasil, pero más o menos a la altura de Antofagasta, Chile. No, no tiene playa, pero sí lindos parques. Mis parques favoritos son el Jardín Botánico y el Parque Tanguá, ambos con entrada liberada a todo público de todas las edades.
El Jardín Botánico es un parque que visité cada vez que llegaba un familiar a visitar Curitiba. A pesar de las tantas veces que fui, no me canso de ir, porque está siempre en impecables condiciones. Es una de las principales atracciones de Curitiba, y se ubica en un barrio llamado Jardín Botánico. El parque también recibe el nombre de Jardín Botánico Francisca Maria Garfunkel Richbieter, quien fue una de las pioneras en planificación urbana de la ciudad. Presenta jardines al estilo francés, y tiene un invernadero cuya estructura se basa en metal y vidrio, inspirado en el Palacio de Cristal de Londres. Fue inaugurado en 1991, sin embargo, ha sido renovado con diferentes espacios que lo transforman en un paseo cultural mucho más completo.
El Parque Tanguá más al norte de la ciudad. Es un parque que tiene jardines, fuentes de agua, dos lagunas y un túnel artificial. En la parte superior del parque se encuentra el Jardín Poty Lazzarotto, en homenaje a un artista local.
